Ruta camí de l'exili. Ruta 1 Molló

El término municipal de Molló tuvó tres vías principales de escape para cruzar la frontera después de la guerra, el camino de Espinavell a Coll Pregon es el que seguimos en esta ruta

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  • Modalidad
    • A pie
  • Comarca
    • Ripollès
  • Municipios
    • Molló
  • Tiempo
    • Entre 3 y 4 horas
  • Dificultad
    • Alta
  • Duración estimada
    • 4h
  • Distancia en km
    • 9,7km
  • Altitud máxima
    • 1.540m
  • Altitud mínima
    • 1.069m
  • Desnivel acumulado en subida
    • 649m
  • Desnivel acumulado de bajada
    • 729m

Con la caída de Barcelona, el 26 de enero de 1939, comenzó lo que en la actualidad conocemos como la Retirada. Cientos de miles de personas huyeron de las tropas franquistas en dirección a la frontera francesa.

Entre finales de enero y principios de febrero de 1939 huyeron por el valle de Camprodon unas 100 000 personas aproximadamente.

El término municipal de Molló ofrece tres vías principales de escape para cruzar la frontera: la carretera del Coll d'Ares (que ya estaba operativa en el año 1939, pero que no alcanzaba el punto fronterizo), el antiguo camino que discurría desde Camprodon hasta el Coll d'Ares pasando por la Casilla de los carabineros y el camino de Espinavell al Coll Pregon, que es el que seguimos en esta ruta.

También usaron estos senderos algunos empresarios, desertores, gente acomodada y gente afín al movimiento nacional, tanto de la propia comarca como foráneos, muchos de ellos, una vez en Francia, se dirigían a la frontera de Irún, por donde entraban de nuevo en la España controlada por los franquistas.

Al finalizar la Guerra Civil, estos caminos siguieron siendo útiles por distintos motivos. Durante la Segunda Guerra Mundial, fueron utilizados asiduamente por los judíos que huían de la Alemania nazi. Solían llegar hasta Prats de Molló o la Presta y, desde aquí, emprendían los últimos kilómetros hasta la frontera española, donde ya los esperaba alguno de los "pasadores" de la zona que actuaban como guías. De este modo, evitaban la vigilancia fronteriza tanto de los alemanes como del régimen franquista. 

Finalizadas la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, estos caminos nunca dejaron de ser utilizados. En una España franquista inmersa en plena posguerra y con escasez de materiales y de alimentos, llegó el turno de los contrabandistas. Los habitantes del valle, aprovechando el conocimiento del territorio, cruzaban hacia Francia para comprar artículos y revenderlos, posteriormente, en la comarca. Algunos actuaban por necesidad, pero otros se enriquecieron mediante esta práctica conocida como estraperlo.

Una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial, los maquis (grupos armados que se oponían a la instauración del régimen franquista) también utilizaron estos pasos de montaña fronterizos. 

Miguel Quintana Peñalver, junto con otros compañeros, estableció la primera base de operaciones de la guerrilla antifranquista en el Mas la Sorrenguera, entre Prats de Molló y la Presta. Desde esta casa podían cruzar la frontera por varios puntos, principalmente por la Collada de Prats o por el Coll Pregon. Posteriormente, tanto esta casa como la de Grevodella (la Presta) fueron utilizadas por Francesc Sabater Llopart, Quico Sabaté.

Salimos de Molló des del indicador de Itinerànnia R85 en la plaça Major y nos dirigimos hacia Espinavell, hasta Espinavell el camino además de estar señalizado con las marcas amarillas de Itinerànnia también tiene las marcas del GR151.

Pasados unos metros encontramos el cruce R84 Molló dipòsit vell y continuamos en dirección a  Espinavell. A lo largo del camino encontramos la masia de la Bola, cruce M1  y el vecindario dels Grells cruce M2, que nos dirigiran a Espinavell donde encontraremos el cruce R88. 

Las casas de este núcleo fueron las últimas que vieron los republicanos antes de cruzar la frontera, en el invierno de 1939. Sus habitantes contemplaban, perplejos, la gran cantidad de gentes que seguían el camino de la frontera, e intentaban ayudarles, dentro de sus posibilidades, dándoles comida y cobijo, si era necesario.

Sin embargo, no todos los exiliados llegaban a pie. Algunos habían podido agenciarse vehículos y subían con ellos hasta Espinavell. Frente a la escuela de la población (el actual refugio Els Estudis) cuando los vehículos ya no podían avanzar más, eran despeñados con la intención de que el enemigo no pudiera utilizarlos.

El camino continua en dirección a Coll Pregon, seguimos las marcas amarillas que también coinciden con las blancas y rojas del GR11.6 y el GRT79 (transfronterizo). De Espinavell hasta la Farga (en el río Tec, a su llegada a la Presta) quedó repleto de objetos militares y civiles abandonados. Ante la imposibilidad de transportar las pertenencias que llevaban consigo tras huir de sus casas, por el desánimo, el desnivel, la nieve, el frío o el cansancio, muchas personas tuvieron que abandonarlas por el camino.

Tras la Guerra Civil, los habitantes de Espinavell ascendían hasta el Coll Pregon por si encontraban algo de valor entre los objetos abandonados. Desde Camprodon hasta Prats de Molló también era fácil dar con objetos bélicos en cualquier punto de las rutas que conducían hacia la Cataluña Norte. 

 

Tras el combate defensivo de Camprodon, las armas ya no tenían prácticamente ningún sentido y, por lo tanto, arcenes, puentes, ríos y riberas se convirtieron en los principales lugares de abandono de este tipo de materiales. Con todo, si llegaban cerca de la línea fronteriza y aún no se habían desprendido de todo el armamento, los combatientes apilaban las cajas de munición, los explosivos, las armas y pertrechos varios para volarlos y evitar, así, que quedaran en manos del enemigo.

 

La voladura de las cajas acumuladas dejó los campos repletos de restos y, durante años, los lugareños de Espinavell encontraban grandes cantidades de munición, granadas, restos de armas y objetos militares. Incluso en la actualidad no es raro encontrar este tipo de restos al recorrer estos caminos.

 

Llegamos al cruce R90, el punto fronterizo de Coll Pregon, y continuaremos hacia la Presta, donde terminamos la ruta.

Durante los últimos días de la Guerra Civil en Cataluña, llegaron al valle de Camprodon una gran cantidad de heridos del frente. Desde los hospitales improvisados en Camprodon, una vez estabilizados, los heridos eran cargados en camiones y enviados en dirección a la frontera. Algunos tomaban la carretera hacia Coll d'Ares, otros llegaban hasta Espinavell. Estos últimos debían ser transportados desde Espinavell hasta la Presta en camillas. Las camillas, normalmente, eran transportadas por dos soldados, otras se cargaban en mulas. La dureza del camino, el frío, la nieve helada en la umbría... dificultaban muchísimo el traslado, por lo que no todos lograban llegar hasta la Presta. A lo largo del camino que desciende hasta las casas de la Farga (a orillas del río Tec), quedaron abandonadas muchas camillas de los heridos que no habían conseguido sobrevivir al traslado. Los fallecidos eran enterrados y las camillas, abandonadas.